Mari, ¡Cómo
está la vida!
¡Cómo te lo
cuento!
Que me falta
mes a final de sueldo.
Antes yo me
iba para el Mercadona;
Mis veinte
bolsas por cuatro pesetas:
Mi pescaito,
mi leche Letona…
Ahora todo
Hacendado y tirando de tarjeta…
Tanto yo
vivía por encima
De mis
posibilidades
Que hasta un
chiquito
Me lo traía
a casa.
Ahora ya no
pasa,
Pa’ dos
bistecs de pobre que compro…
¿De pobre?
¡De nuevo rico!
Que se me
ponen los bistecs en un pico…
Pues eso,
pa’ un poquito carne…
Me la traigo
yo debajo la axila
Que una es
muy fina
Y lo que
sobra… Pal bote
Del escote.
Y es que,
Mari mía, ¡Cómo está la vida!
Antes yo
ponía, para comer, la tele
Y veía ese telediario
con ideología,
Pero ahora,
madre mía, te da un telele,
Que empiezan
a hablar de lo que quieren,
Pero no
pueden…
Que si lo
del monarca fue un desatino…
Que si lo de
Cristina se nos va de las manos…
Mira, entre
padres, hijos y hermanos:
Al pan, pan
y al rey, vino.
Yo a mi
Jenny se lo tengo dicho:
Si tú
quieres que tu madre no se desnuque,
Tú en casa
no te presentes
Ni con un
político ni con un duque.
Y mi Jenny
ni se escandaliza
Porque
sabemos que no tenemos
Nada que
esconder en Suiza
Porque mi
cadena de oro de la Virgen del Rocío,
Es de oro golfi, pero es muy mío.
Además no
estoy yo pa’ polacos
Que bastante
que dejé el tabaco.
Y para
polacos ya están los catalanes
Que ahora se
quieren independizar.
Pero,
¿estamos locos? ¿Pero qué es esto?
¡Eso es un secuestro!
Ay, Mari
mía, ¡Con lo iguales
Que son los
catalanes
Al resto de
España!
Sus políticos son igualitos a los nuestros:
La misma pasta, la misma calaña.
Pero, Mari,
cada uno con sus fobias y sus manías,
Que mi
lengua a nadie adoctrina.
Venga, otro
día te escribo por el “guasa” ése
Y me cuentas
lo que se cuece
En otras
cocinas.
¡Cómo está
la vida, Mari!
¡Cómo está
la vida!
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