He ahí la
cuerda, he aquí los extremos:
Yo tengo uno
en las manos, el otro tú tienes
Y entre
ambos esta tensión que se mantiene
Es la
respuesta a por qué no caemos.
No me
extrañaría que, cuando no lo esperemos,
Se rompa
esta tensa unión que nos sostiene.
No es esta
cuerda la que nos retiene
Sino nuestro
interés porque no la soltemos.
Si tú la
quieres dejar ir, no te demores.
Te dejo el
privilegio y los honores
De verme por
el suelo revolcado.
Yo me
conozco a mí y a mis anhelos
Y sé que ya
sea en pie o por el suelo
Me veré
siempre a la cuerda agarrado.
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