I.
Arrojé a tu
mar todas mis botellas,
Llenas todas
de un único mensaje.
Me senté en
tu orilla a que el oleaje
Me trajese con
la marea alguna de ellas.
Me
sorprendió la noche y las estrellas
Aún de pie
con el ánimo y el coraje
De que de
noche hubiesen hecho el viaje
Y por la
mañana tuviese noticias bellas.
Hoy la playa
de esta isla está vacía
Y aunque a
veces el sol de medio día
Abrasa hasta
el rumor de las caracolas,
Aquí sigo
después de mil amaneceres
Esperando a
que demuestres lo que eres
Y aparezca
tu mensaje entre las olas.
II.
He sido náufrago
en islas menos pobladas
A la espera
de rescates que no llegaron.
Mil
anocheceres y mil madrugadas
Llorando en
la playa me encontraron.
Ahora ya he
aprendido lo que quiero;
Renuncio de
los que de mi renunciaron.
Lo que tenía
que esperar, ya no lo espero;
Tus auxilios se ve que también naufragaron.
Pero ahora, aunque llegasen con atino
Mil mensajes con ánimo de rescatarme
No me iría otra vez contigo.
¡Qué paradójica la vida y destino
Que tuviera que naufragar para encontrarme
Naufrago del mundo, feliz conmigo!
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