Si tienes
que volar, he aquí mis alas.
Si tienes
que andar, he aquí mis pasos.
Si de lo que
vaya a pasar nadie te avala,
Aquí estaré
yo para hacerte caso.
Si estás
harto de días, he aquí mi ocaso.
Si harto
noches, he aquí mi madrugada.
La noche le sigue
al día como si nada,
Mi cuerpo
sigue al tuyo hasta al fracaso.
Nadie sabe
nunca sobre nuestro destino;
Si elegimos
nosotros o si es el camino
El que nos
elige. ¿Quién se mueve?
Pero, sea
como sea, tú no andarás solo;
Te
acompañaré de buenos modos
Allá donde
ese inmenso corazón te lleve.
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