sábado, 11 de agosto de 2012


La terraza era amplia y la cerveza estaba fría, se acercó a mí con ganas de hablar y cómo para entablar conversación me preguntó por aquel chico. "No ha venido, ¿verdad?". Arqueé un poquito las cejas con signo de interrogación. "Aquel que es un poco alto... Así morenito..." A sabiendas de que me iba a contar la historia, dí un trago largo a la cerveza y esperé, era lo mejor que podía hacer. "Seguro que sabes quién es... Al parecer ha venido otras veces. Hace unos días me envió un mensaje por una web de contactos. Me pareció mono en la foto, aunque dudé cuando me dijo que nos conocíamos de aquí, no le recordaba en absoluto, y una cara así no se me puede olvidar. Me dijo que quizás había pasado desapercibido para él porque había venido acompañado de su novio. ¿Sabes ya de quién te hablo? Mira, aquí tengo su foto". Mientras miraba la cara que ya conocía, él continuó con su historia. "A través de la misma web ha querido que quedemos en un par o tres de ocasiones y, no sé, me hubiese hecho gracia verle hoy aunque viniese con su novio". Creo que la curiosidad se me debió dibujar demasiado en la cara cuando, tras apurar el último trago de cerveza, hablé por primera vez y le pregunté: "¿Quedaste con él?" Sabiendo que ahora si que había llamado mi atención, cogió mi botellín vacío y se dirigió hacía la puerta en dirección a la cocina, antes de desaparecer giró la cabeza y sonrió. Tuve que beberme una segunda cerveza para saber el final de la historia.

1 comentario:

  1. Jajaja, qué bueno!
    Como sabes atrapar al lector...una historia refrescante y actual.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Blogger Template by Clairvo