Es verdad que estamos jodidos desde que el tío Juan se murió, pero digo yo que algún día mi madre tendrá que asumir que, más importante que eso, es el hecho de que mi padre desapareciera por la puerta hace dos meses y no hayamos vuelto a saber nada de él.
A veces me dan ganas de preguntarle a mi madre por mi padre, pero cada vez que voy a hacerlo me dan ganas de llorar y el corazón se me encoje en un puño hasta casi impedir respirar y me entra ansiedad y empiezo a llorar y me callo y no pregunto. Y pienso que es verdad, que nos ha sentado fatal la muerte de mi tío Juan.
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