domingo, 5 de mayo de 2013

Nos conociamos muy poco.




Nos conocíamos muy poco, sólo nos habíamos dado cien besos, setenta caricias,  algunos achuchones. Mi cuerpo se había enredado alguna vez en su cuerpo, mis piernas habían jugado en alguna ocasión con sus piernas al twister. Su boca sabía como sabía mi boca, mi lengua sabía como sabía su piel. Mi nariz se había quedado impregnada sólo por un momento del olor de su nuca, mis manos sólo le habían recorrido una y otra vez. Mis dedos sólo habían buscado en cincuenta ocasiones sus dedos para entrelazarse. Nunca había oído más de un minuto sus respiraciones, nunca su corazón había latido más de diez veces por mí. 

Nos desconocíamos tanto que, en un par de ocasiones, incluso nuestros dientes habían chocado entre sí.

Me tumbé sobre él y puse mi cabeza en su pecho. Despeiné su cabello con mi mano otra vez. Le dije bajito: “Cuéntame algo”. Nos conocíamos tan poco que comenzó la historia al revés.

4 comentarios:

  1. Pues conozco muchas historias que han comenzado al revés.

    ResponderEliminar
  2. ¡Con este revés, claro! ^_^

    ResponderEliminar
  3. Con este revés, claro ^_^

    ResponderEliminar

Blogger Template by Clairvo